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¿Qué tipo de líder eres en la pandemia?

Un líder influye, moviliza y guía a los demás en pos de un objetivo. Todos ostentamos o debemos ostentar, alguna vez, el rol de liderazgo. Incluso ahora. En esta pandemia, en este extrañísimo y peculiar estado de confinamiento que atravesamos, todos debemos influir y guiar a otros. ¡Aunque sólo sea por un minuto! Por el bien de todo el equipo, hay que ser positivos y hacerlo bien.

Pero, ojo, recuerda que en las últimas décadas el rol del líder ha cambiado. Hoy se estila un nuevo modelo del que te hablaré unas cuantas líneas más abajo.

Escucha esto si quieres influir

En su libro Liderazgo, Lussier y Achua nos transmiten algo que es obvio, pero que a menudo se nos olvida: ¿Quieres ser líder? Primero debes quererlo. Al cien por cien. Eso implica que debes ser consciente de que muchas veces fracasarás de forma estrepitosa. Pero si tienes autocontrol y manejas tu energía, si eres empático y flexible, si eres autocrítico y siempre estás en fase beta, entonces, ya tienes parte del camino hecho.

¿Cómo es tu equipo y qué objetivos tiene?

Uno de los secretos del liderazgo es aplicar un tipo de influencia distinta según el objetivo que se haya propuesto el grupo al que debes dirigir y según el carácter y temperamento de sus componentes.

En El líder resonante crea más. El poder de la inteligencia emocional, Goleman, Boyatzis y McKee distinguen seis tipos de líderes:

  • Visionario. Ideal para equipos desmotivados y sin metas. El líder visionario crea un objetivo y empuja al grupo hacia él. Pero, a veces, el objetivo es tan etéreo o irrealizable, que al líder no se le toma en cuenta. ¿Por qué creéis que Simeone empezó con su «partido a partido«?
  • Coach. Idóneo en equipos donde se mezclan miembros experimentados y neófitos. El líder trabaja por los intereses del colectivo sin descuidar los intereses personales de los integrantes
  • Afiliativo. Muchos llaman a este tipo de liderazgo «el poder de las madres y las abuelas». El líder afiliativo es fuerte porque siempre establece vínculos y relaciones.
  • Democrático. Fomenta la participación y la horizontalidad y todo lo que ello conlleva: autocrítica, delegación de responsabilidades, escucha activa, etc., etc.
  • Timonel. Líder muy parecido al visionario pero que asume más riesgos, quizá porque el equipo está en situación más crítica.
  • Autoritario.

Goleman, Boyatzis y McKee añaden un nuevo modelo: el líder resonante. Este líder desarrolla la inteligencia emocional, es empático, crea y contagia buen ambiente. Hace mejor al grupo, tanto en el ámbito profesional como en el personal.

Un líder no es nadie sin su equipo

Los equipos sin líder no llegan muy lejos. Pero lo cierto es que un líder sin su equipo no es absolutamente nadie o es alguien ridículo. De cada uno de sus miembros, un líder debe saber cuál es su temperamento (heredado por genética en gran parte, subconsciente, relacionado con el instinto de supervivencia) y su carácter (aprendido, evolucionado, social, racional). Y debe saber también cuáles son sus activadores del comportamiento:

  • La percepción de novedad
  • La percepción del riesgo
  • La necesidad (o no) de recompensa social.

De esto ya habló C. R. Cloninger el siglo pasado y también he hablado yo de ello en el blog.

Para Cloninger hay 8 temperamentos:

  • Apasionado. Algo provocador. Con baja percepción del riesgo. Impulsivo.
  • Metódico. Busca estabilidad, orden y control.
  • Sensitivo. Necesita ser admirado. Hedonista. Con miedo a la frustración.
  • Independiente. Disfruta de la soledad y, generalmente, de la tecnología y de actividades que le permiten estar solo.
  • Aventurero. Con alta percepción de la novedad y baja percepción del riesgo. Con mucha iniciativa, a veces irreflexiva. Necesita siempre un nuevo objetivo.
  • Cauto. Inseguro y dependiente, necesita a un líder que tome las decisiones por él.
  • Explosivo. Frustrado e imprevisible.
  • Fiable. Persona con templanza y mesura. Pero depende en exceso de los escenarios donde él tenga sentido.

El liderazgo en la pandemia

La pandemia y el confinamiento que ha conllevado nos ha puesto a prueba. Ha sacado nuestro temperamento, ese factor heredado, genético, que tiene que ver con el instinto de supervivencia. Y cuando somos conscientes de que estamos en una situación crítica, donde hay fallecidos todos los días y en la que las circunstancias nos llevan al límite, no queremos, bajo ningún concepto, cierto tipo de líderes.

Ahora queremos líderes colaborativos, no explosivos. Queremos líderes apasionados pero no frustrados. Queremos líderes resonantes.

Dicho esto, te animo a que seas un/una líder resonante en tu grupo de trabajo, aunque seas el último mono del grupo. ¡Influye!, como pregonaba el recordado Enrique Alcat. Haz aflorar una sonrisa, intenta poner paz cuando encuentres odio en redes sociales. Si no puedes, al menos no te dejes llevar por las malas vibraciones. Relájate y respira. Esto pasará.

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Publicado en Liderazgo, Opinión

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