¿Cómo haría branding Miguel de Cervantes si viviera hoy? ¿Cómo trabajaría (sobre todo) y cultivaría su marca personal? Esa fue la pregunta que lancé hace unas semanas en clase, mientras hablábamos de la comunicación transmedia. Di algunas pistas a los chicos, no quise que contestaran y dejé el asunto en el aire para que reflexionaran acerca de ello. Hoy retomo el asunto en el blog.
Cervantes transmedia
1.- Su marca personal iría ligada a la evolución del sector al que se dedica
1.1.- Las nuevas tecnologías propician que deje de existir el concepto obra terminada, como nos explica Inma Turbau, y la novela del futuro será transmedia, como nos recuerda Norma Dragoevich.
Miguel no sólo trabajaría en un libro, sino en otras ramificaciones de la historia:
- Crearía un videojuego en donde el jugador podría decidir finales de capítulos.
- Se plantearía grabar un documental o llevar la historia hacia una película, donde él fuera el director o el guionista.
- Escribiría un blog que contara la vida no conocida de uno de sus personajes
- Subiría fotos a un Flickr.
- Y, sí, también abriría para Sancho Panza una cuenta en Twitter.
1.2.- Estaría muy interesado en las nuevas tecnologías porque sabe que no sólo ha cambiado el libro (de papel a digital), sino los canales a través de los cuales las historias llegan a los públicos. Además, la tecnología siempre ha influido en la literatura, es intrínseca a ella, como le explica Juan Francisco Ferré a Scolari, o como dice aquí Tomás Albaladejo.
1.3.- Comprendería que el lector ha cambiado y que consume información de una forma distinta, con una frecuencia distinta y con niveles de profundidad distintos. Y que, si quiere ser comprendido y entendido, hay que adaptarse a él.
2.- ¿Por qué ser sólo literato? Hemos visto aquí, muchas veces, que el presente empieza a estar marcado por la hibridación de géneros, canales y plataformas. Así que, quizá, Miguel no sería sólo novelista, o dramaturgo, o poeta. Quizá fuese comunicador, a secas. A veces le gustaría compartir historias y, como hemos visto en el punto 1, conocimiento y experiencias a través de distintos canales. Apostaría mi mano izquierda (ya que de mancos de Lepanto estamos hablando) a que sería, ante todo, audiovisual.
3.- Utilizaría Internet para crear experiencias directas con el lector y para afianzar su marca personal
3.1.- Quizá, escamado con las editoriales, haría públicas sus obras en Internet o las vendería al lector, directamente, sin intermediarios. Sabría que en la Sociedad Red desaparece el intermediario que no aporte valor.
3.2.- Antiguo preso en Argel, testigo directo de la cohesión de culturas, de fanatismos y radicalismos, haría especial caso a los movimientos sociales. Posiblemente sería ciberactivista.
Qué repetiría de su historia: el crowdfunding
1.- Crowdfunding. En su época ya buscó vías de financiación alternativas. Si has leído El Quijote recordarás que Miguel dedica su primera parte a un mecenas, el Duque de Béjar.
2.- Muy relacionado con lo anterior, no podría vivir de la Literatura, sino que tendría que desempeñar, de nuevo, los más variopintos trabajos.
2.- Probablemente, hoy no le reconocerías porque no llevaría marcado el signo del éxito. Porque los Arturo Pérez Reverte de su época eran Lope de Vega o Quevedo. Miguel (antiguo soldado, acusado de judeo converso por los fanáticos religiosos) sería hoy un hombre con tantas luces como sombras.
(*) Imagen: Campaña Quijote, de la agencia Zapping
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Reblogueó esto en PROTOCOL BLOGGERS POINT.
Me ha parecido muy interesante este enfoque histórico y literario de la marca personal, Juan Pedro.
Saludos,
Alfonso Larrea
Un millón de gracias, Alfredo, por tu amable comentario y por pasarte por aquí.