Siempre me ha atraído el naming, la facultad de poder dar el nombre idóneo a las cosas. Últimamente, una serie de causas y azares (como cantaría Silvio Rodríguez) me está llevando a interesarme por la forma de trabajar de las agencias del sector. Así, he dado con Comuniza, Nameworks, Nombra o Neimik. Esta última es la agencia de Gemma Eneadáguila. He escuchado un par de entrevistas (muy interesantes) que le han hecho especialistas como Joan Boluda o Rubén Galgo. En ellas, Gemma explica que:
- El naming no sólo es la invención del nombre: es el conjunto de procesos y técnicas para llegar a una denominación idónea.
- Para el desarrollo del naming no sólo hay que ser creativo, hay que ser, como dice ella, creatégico (es decir, creativo + estratégico). El nombre debe estar alineado con la visión y los objetivos de la empresa.
El común denominador de las agencias es el esfuerzo en equipo o la colaboración con otros profesionales. Esto nos lo recordaba Erik Spiekermann para una disciplina distinta (pero afín) como es la tipografía, ¿recuerdas?
Y, también, el común denominador de todos los trabajos en naming es el proceso previo de investigación y documentación que debe desembocar en el registro legal del nombre.
Creo, sin embargo, que el nombre ayuda, pero sirve de poco si producto o servicio que representa no es bueno.
¿Tú qué piensas?
(Imagen: Microsoft Clipart)