Hace poco miraba el autorretrato de Velázquez en Las meninas y me daba cuenta de que él sabía muy bien el concepto de marca personal siglos antes de que hubiese sido formulado por Tom Peters.
Él no buscaba reputación. Ya la tenía. Era el pintor del rey y un maestro reconocido. Él quería pasar a la posteridad como caballero de la Orden de Santiago.
Aprender de Velázquez
En Las meninas, Velázquez se pintó a sí mismo junto a la infanta Margarita y sus sirvientes. Pero, en un principio, su autorretrato no mostraba la cruz de Santiago en el pecho, como nos explica Mónica Arrizabalaga. Y esto se debe a que cuando pintó el cuadro aún no era caballero de la Orden. Lo fue tres años después, y después de muchos avatares.
Una vez nombrado caballero, y quizá siendo consciente de que le quedaban pocos meses de vida, Velázquez se acercó a su cuadro, tomó su pincel y, entonces sí, pintó en su pecho la Cruz de Santiago. Quiso ser recordado de esta forma. Y con su ejemplo podemos obtener algunas enseñanzas.
1.- Dedícate a una pasión y muéstrala
Velázquez se retrató pintando, su gran pasión.
2.- Sé sincero
Velázquez te mira directamente a los ojos. Sin ningún tipo de ademán soberbio pese a que está integrado en la nobleza.
3.- Respeta a los demás
Pintó con cariño y respeto a bufones y enanos.
4.- Establece un juego intelectual
El cuadro de Las meninas tiene muchas interpretaciones. Más abajo compartiré un post que escribió Miguel Calvo Santos sobre sus secretos.
5.- Haz sentir bien a quien te diriges
El valor de Las meninas es simple: tú te sientes como Felipe IV y Mariana de Austria cuando sorprendieron a Velázquez pintando a la infanta Margarita. Para Velázquez, tú eres el rey.
6.- Si tienes un mérito o una distinción, es lícito que la muestres
Los únicos que te dirán que no muestres tus méritos son aquellos que no pueden conseguirlos. Es lícito que muestres qué has conseguido con mucho esfuerzo. Velázquez ansiaba la Cruz de Santiago. Eso sí, por favor, no seas pesado y hazlo de forma elegante.
7.- Deja obra
Todos queremos trascender de una forma u otra.
Evidentemente, no seremos geniales como Velázquez. Pero dejemos una obra digna, trabajada, de la que estemos orgullosos. La obra no tiene por qué ser material: pueden ser relaciones, palabras de aliento a quien lo necesite, escuchar. Amar. El mundo laboral se ha tornado tan difícil que dejar una obra digna en el trabajo es simplemente, por ejemplo, respetar al compañero o compañera. No quieras ser famoso: sólo intenta que te recuerden con cariño.
Así que, por favor, deja de tuitear tonterías y pon más corazón en lo que haces.
Para recordar: ¿Cuál es la diferencia entre marca personal, personal branding y reputación?
Recuerda que la marca personal es la huella o la impronta que queremos que quede de nosotros. El personal branding es el procedimiento para conseguirlo.
Para tener reputación es necesaria la participación del otro, su percepción, su juicio, su opinión. Dependemos de los demás. Esa dependencia la hace incontrolable y frustrante. No conozco a nadie que sea feliz buscando reputación.
Sin embargo, la marca personal parte de uno mismo. Nosotros podemos controlar su proceso. Podemos elegir la imagen intencional que queremos que llegue a nuestros públicos. Nos identificamos con ella. Cuando la marca personal es sincera nos sentimos realizados. Decimos al mundo cómo somos en realidad sin importarnos qué pensarán de nosotros. Y eso es, sencillamente, maravilloso.
Para saber más
- Historia-arte.com: Los secretos de Las meninas
- ABC: ¿Quién pintó la cruz de Santiago a Velázquez en Las meninas?
- Comunicación Corporativa: Cuatro perspectivas para definir y entender la marca personal